Madera que cuenta una historia
El nacimiento de cada radiofonografo comienza con la selección de las vetas. Cada pieza de madera se elige con cuidado para crear una armonía visual entre el cuerpo central y los altavoces, garantizando continuidad y coherencia estética. Cada veta cuenta una historia única, que pasa a formar parte de la identidad del radiofonografo. La madera utilizada, certificada por el FSC, refleja el compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Es el primer paso de un viaje que une naturaleza, artesanía y diseño, transformando una simple materia prima en una obra maestra atemporal. Esta selección no solo tiene en cuenta la belleza, sino también la durabilidad, convirtiendo cada pieza en una base sólida para una obra de arte.
Un viaje italiano en la creación de un ícono
Radiofonografo en Ciliegio
100 piezas únicas
Cada radiofonografo es mucho más que un objeto: es el resultado de un proceso artesanal que combina pasión, maestría e innovación. Fabricado completamente en Italia, esta obra maestra nace a través de 12 fases de trabajo que cuentan una historia única de cuidado y dedicación. Desde los primeros gestos sobre la materia prima hasta la precisión de los detalles finales, cada paso celebra la excelencia italiana y el valor del diseño atemporal. En esta edición limitada en Cerezo, las 100 piezas producidas cuentan la belleza de un objeto destinado a perdurar en el tiempo.
De la madera al corazón de un ícono
La madera sin tratar cobra vida a través de un corte preciso y un acabado manual. Cada paso es un equilibrio entre tecnología avanzada y maestría artesanal. Es aquí donde el material comienza a transformarse, pasando de semielaborado a un elemento destinado a convertirse en el radiofonografo, listo para contar una historia de diseño e innovación. Cada borde se lija a mano, respetando las proporciones y geometrías requeridas. La precisión no es solo técnica: es un acto de respeto por la madera. Este es el momento en el que la artesanía y la visión toman forma, acercando el material bruto a su identidad final.
Cada pieza crea armonía
El ensamblaje del cuerpo central y de los altavoces es un momento en el que la artesanía alcanza su máxima expresión. Cada componente encuentra su lugar con precisión, creando una armonía perfecta entre estética y funcionalidad. Es aquí donde el radiofonografo empieza a tomar forma, transformándose en un objeto único. Este proceso requiere una mano experta y un ojo entrenado para respetar cada detalle. Cada encaje es un paso hacia la completitud, donde el diseño y la maestría se encuentran. La estructura final no es solo un conjunto de partes, sino una obra de arte que une tradición e innovación.
Una marca que cuenta
El sello de autenticidad
La marcaje a fuego es un gesto simbólico e indeleble. El logo de Brionvega se imprime en la madera con precisión, otorgando al radiofonografo su identidad. Este sello no es solo una firma, sino un símbolo de tradición y calidad artesanal. Cada marca representa un vínculo entre el pasado y el futuro, un recordatorio de la historia de un diseño que ha atravesado décadas y sigue inspirando. Es un momento que encapsula la filosofía de Brionvega: celebrar la excelencia artesanal en cada detalle. Este simple gesto transforma el producto en un ícono único.
Notas de tabaco
Los perfiles color tabaco del cuerpo central y de los altavoces se pintan a mano con extrema precisión. Cada detalle, incluidos los orificios del frente de los altavoces, requiere varios pasos de trabajo para lograr un resultado uniforme. Este elegante contraste otorga profundidad y carácter al radiofonografo. La complejidad del proceso no se reduce solo a la técnica, sino que también requiere una visión clara del resultado final. Cada perfil marrón, cuidadosamente definido, añade un toque distintivo que realza la belleza de la madera. Es un elemento que habla de equilibrio, innovación y cuidado.
El toque invisible
Las manos expertas de los artesanos lijan y limpian cada superficie, eliminando imperfecciones y corrigiendo las manchas de la pintura anterior. Este trabajo meticuloso es un paso esencial que prepara la madera para su acabado final, transformando cada detalle en una base lista para convertirse en un ícono. Es una fase silenciosa, oculta pero esencial, donde la artesanía emerge en los gestos más pequeños. La delicadeza del trabajo invisible habla de dedicación y respeto por el material, acercándolo un paso más a su transformación definitiva.
Transformación de la madera
La pintura final es un momento importante de transformación, en el que la madera revela completamente su belleza. Cada paso sirve para realzar las vetas naturales y proporcionar protección y carácter, completando la obra con un toque de elegancia y esmero.
Brillo y precisión
Cada superficie se trata con cuidado y precisión para aplicar el brillo, una capa delgada que protege la madera del desgaste y al mismo tiempo resalta las vetas naturales, dándole luminosidad.
Brillo único
Este acabado otorga un brillo capaz de captar y reflejar la luz, creando un efecto visual que realza cada detalle y convierte al radiofonografo en una pieza única e inconfundible.
Estética y funcionalidad
No se trata solo de un paso estético: es una fase que requiere paciencia y dedicación para garantizar uniformidad y durabilidad. La combinación entre artesanía y precisión técnica convierte cada pieza en una obra maestra, lista para ser admirada.
Estabilidad que realza el diseño
El pedestal de aluminio nace de un proceso de fundición en arena, una antigua técnica que garantiza robustez y precisión. Cada pedestal se refina manualmente, eliminando imperfecciones y dejándolo listo para la pintura. Este elemento, robusto pero discreto, no es solo un soporte funcional, sino un componente esencial del diseño. Su estabilidad asegura que el radiofonografo esté perfectamente equilibrado, realzando la armonía entre estética y practicidad. Es la base sobre la que se construye el ícono, una combinación de artesanía e innovación que sostiene la belleza.
Serigrafía artesanal
La serigrafía manual representa un paso fundamental, en el que cada detalle se cuida con precisión, añadiendo carácter y unicidad al radiofonografo, convirtiéndolo en una obra distintiva.
Precisión gráfica
Usando un marco, cada detalle gráfico se imprime con precisión, creando un equilibrio perfecto entre estética y funcionalidad, realzando el diseño en cada una de sus partes.
Maestría artesanal
Este proceso requiere manos experimentadas y un ojo atento, ya que cada paso es fundamental para definir la identidad visual del producto, otorgándole carácter y unicidad.
Gráfica y artesanía
No se trata solo de decorar, sino de crear un elemento distintivo que hace que cada pieza sea inconfundible. Es aquí donde la gráfica se encuentra con la artesanía, añadiendo personalidad y valor a cada detalle.
Un control que resalta la unicidad
Cada radiofonografo es cuidadosamente analizado en esta fase, donde cada detalle es examinado con esmero. Las vetas de la madera deben ser coherentes, la pintura uniforme y cada acabado impecable. Este control no se limita al aspecto estético: es un momento en el que se verifica que cada componente cumpla con los estándares de calidad de Brionvega. La atención al detalle es lo que distingue un producto artesanal, garantizando que cada radiofonógrafo sea único. Ningún aspecto es descuidado, porque es en la unicidad donde se encuentra la verdadera esencia del producto.
El culmen del diseño
En esta fase, el radiofonografo alcanza su cúspide. Cada componente, desde los altavoces hasta el cuerpo central, se ensambla con precisión, respetando las proporciones y el diseño icónico que lo caracteriza.
Equilibrio perfecto
Es un momento en el que la artesanía se une a la visión del producto final, creando un equilibrio perfecto entre función y estética, donde cada elemento contribuye a formar una armonía que hace que el objeto sea único y especial.
Historia e innovación
Cada detalle encuentra su lugar con precisión, completando una obra que no es solo el resultado de un diseño atento, sino también el fruto de décadas de historia, investigación e innovación.
Maestría en el ensamblaje
El ensamblaje no es solo una fase técnica, sino un momento que celebra la maestría artesanal, donde cada componente se une con cuidado y precisión para dar vida a un producto final impecable.
El encuentro entre el arte y la música
La prueba final es el momento en el que se verifica que el radiofonografo esté listo para ofrecer una experiencia completa. Cada componente electrónico, desde los altavoces hasta el tocadiscos, pasa por rigurosas pruebas para garantizar un rendimiento impecable. Se analiza la calidad del sonido, la precisión del brazo del tocadiscos y la armonía general entre el diseño y la tecnología. Esta fase no es solo un control: es la confirmación de que el ícono ha cobrado vida. Aquí, la música se entrelaza con la artesanía, transformando un objeto en una experiencia atemporal. Es el momento en el que la visión y la realidad se encuentran.
Embalaje sostenible
Empacado con cuidado y utilizando materiales certificados por el FSC, el radiofonografo está protegido con esmero, listo para emprender su viaje hacia su nuevo propietario, garantizando seguridad y respeto por el medio ambiente.
Compromiso con la calidad
Cada detalle, desde el diseño hasta el embalaje, refleja el compromiso de Brionvega con la sostenibilidad y la calidad. No es solo un objeto para poseer, sino un compañero de vida pensado para ser transmitido.
Durabilidad y diseño eterno
Cada pieza lleva consigo la promesa de durabilidad, diseño eterno y un sonido que sigue resonando con el tiempo. La historia del radiofonografo no termina aquí: se convierte en parte de una nueva familia, lista para vivir otras generaciones.
Un objeto que después de más de 50 años
sigue despertando admiración y curiosidad
en todos los amantes del gran diseño
